viernes, 21 de junio de 2013

Remaking pt1



“Hasta aquí hemos llegado, soy un maldito vago, es hora de arreglar las cosas”

Yahvé se levantó y se sentó en su escritorio, encendió su monitor de 20” y sacó un folio. Iba a trabajar como nunca, no iba a descansar ni Dios.

-Papa, desde que volví de la tierra no voy bien al baño…

…pero fue despachado con un golpe de mano con desdén, el asunto requería concentración absoluta.

Así que miró al infinito y mordió al culo del lápiz,  “uhm…la economía, ¡la mano invisible!” Claro. Adam Smith tuvo un escalofrío, pero le dio igual, como a toda la gente que lleva tanto tiempo muerta. Se acordó del enorme error que cometió al crear los bancos, y de cómo todo se había complicado desde entonces, y se sacudió la cabeza.  Llevaba demasiado tiempo en las nubes…y no era bueno.

-Jesús, no creo que venga a cenar.

-Vale papa, me haré una pizza, pásatelo  bien.

Y cogió el ascensor.

Cualquiera podría pensar que el ascensor tendría su base en el Vaticano. Nada más lejos de la realidad, se encontraba cerca del estadio de Boca Juniors, que junto con el Rayo Vallecano eran los equipos favoritos de Yahve.

“¡Pibe pibe tenéh cuidado!” Y al darse la vuelta vio un enorme autobús que amenazaba con comérselo…

…gracias a Dios pudo frenar, y Yahve pudo ver de primera mano las consecuencias del corralito. Y el ego argentino, pero eso es otra historieta.

Y le dio por preguntar, al azar, a discreción, sin criterio, a todo el que pasaba: “Señor señor ¿cuál es el peor problema del mundo?” “¡El no conseguir que mi mujer deje de usar pimienta!” “¡No tengo erecciones!” “Nunca podré ser una mujer de verdad!” “Esos malditos protestantes nos roban fieles…”.

Yahve se dio cuenta de que seis días fueron realmente poco, y que hizo el mundo aprisa y mal, lo cual no estaría mal para un dios primerizo, pero él tenía ya solera y experiencia en el asunto, hay que reconocer que en esto de los dioses él era el capo.

Es decir, habría que meter tijera, y apuntó en su folio los grandes problemas: pimienta indeseada, disfunción eréctil, ehm… “sobrante” de miembros, teovariedad,  repartición de bienes…

Y al día siguiente cantó el gallo, sin carraspear primero, el gallo Carusso.

Él sudaba, no durmió en toda la noche, había muchas cabezas que arreglar, penes que cortar y que levantar, bancos que vaciar, drogas que legalizar, y amor que repartir.

Esa mañana todo el mundo se vio hermoso, y por primera vez en 10 años de casados Marieta hizo el amor con Fermín, quien por primera vez en 10 años tuvo una erección, con su esposa.  Rosa pensó que quizá era demasiada pimienta, y que Pedro estornudaría. Luis se despertó siendo Luisa, de lo que se enteró al intentar mear de pie, y Boca y el Rayo ganaron sus partidos.

Y vio que era bueno.

Y se tumbó en el césped con una brizna de trigo en la boca.

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