Turquía, Brasil...¿España?

Si alguien no se ha enterado lo más mínimo de las protestas en Turquía y Brasil, puede ser por dos opciones:

a) Vive en un pueblo de la Patagonia sin internet envuelto en papel de aluminio para evitar las ondas de radio.

b) Es un alienígena borderline.

Como están leyendo esto, imagino que ninguno de los lectores de este blog cumple ninguna de estas dos premisas, y que saben algo del tema, aunque sea lo cazado al vuelo.

La más representativa y seria de ambas, es sin duda el conflicto Turco. Y se puede llamar "conflicto" sin tapujos ya que es un enfrentamiento con todas las de la ley entre ciudadanos y gobierno. Un gobierno que considera que recibir el voto de cierto porcentaje de ciudadanos en unas elecciones, le da derecho para hacer lo que le salga de los cojones durante los 4 años siguientes. Este problema se llama "democracia mal entendida", y es un mal endémico de la mayoría de gobiernos actuales.

Así, se ve cómo Turquía, un país ciertamente avanzado en cuanto a derechos y libertades (no olvidemos que fue incluso el primer país del mundo en permitir el voto femenino) se ve retrasado y abocado a la vuelta al islamismo sectario gracias a un gobierno de ideas reaccionarias mezcladas con la última moda, el liberalismo económico extremo como solución a todos los males. Cuando te quieres cargar uno de los parques más importantes de la capital para construír un centro comercial cuyo diseño se basa en los cuarteles militares de los años 50, es lógico que recibas protestas e incluso manifestaciones, lo que no es normal es que al primer grupo de manifestastes les recibas a hostias, y después quejarte porque la mayor parte del país se te ponga en contra.

Pero no olvidemos que hablamos de un gobierno que en su opulencia y autosatisfacción ha llegado a multar a medios de comunicación por "ofenderle" (¿nos suena de algo "El País" en nuestra nación?), así  que la mejor opción es mandar a las fuerzas de seguridad e iniciar una batalla campal por todo el país.

Y en esas estamos.

En Brasil, la gracia es tratar a los pobres como ganado que se puede reubicar y sangrar. Si bien llevan meses denunciando expropiaciones y demoliciones arbitrarias con el objetivo de "limpiar" las favelas y reconvertirlas en suertes de Beverly Hills cariocas para estar guapos para el mundial, la última gracia fue intentar disminuír el enorme gasto público que supone el mundial aumentando la recaudación a los ciudadanos, y por donde no han pasado fue por aumentar la tarifa del transporte público. ¿Quién de ellos pidió recibir el mundial?

En realidad esa subida fue lo de menos, simplemente fue la gota que colmó el vaso. De hecho, las autoridades dieron marcha atrás a tal subida, pero a la gente ya le da igual, están hartos. Y las fuerzas del estado se debaten entre un día dejar que se desfoguen, y al siguiente repartir ostias.

Y siempre la clásica cantinela "los que protestan así están en contra de la democracia".

Desde luego es más que fácil ver los paralelismos de estos dos países con el nuestro, porque lo que ocurre en ellos es la consecuencia de dar más importancia a cifras que a personas. Es más importante el déficit que el que una familia coma, y más importante las futuras (posibles) ganancias con x acto multitudinario que las consecuencias para el propio país a corto plazo (¿Eurovegas?¿Olimpiadas en Madrid?). La megalomanía es casi una seña de identidad de nuestro país, y ni siquiera la crisis y esta situación han conseguido frenarla.

¿Nos podremos nosotros también contra la estupidez como lo han hecho estos dos países cómo dicen desde arriba "menos desarrollados"?

Ójala.





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